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Nocturne Cinéphage

Noir

'The postman always rings twice' - T. Garnett (1946)

'The postman always rings twice' - T. Garnett (1946)
Titulo: The ppstman always rings twice (El cartero siempre llama dos veces)

Año / País: 1946, USA

Género: Noir

Director: Tay Garnett

Guión: Harry Ruskin y Niven Busch (basado en la novela de James M. Cain)

Intérpretes: Lana Turner (Cora Smith), John Garfield (Frank Chambers), Cecil Kellaway (Nick Smith)
Hume Cronyn (Arthur Keats), Leon Ames (Kyle Sackett), Audrey Totter (Madge Gorland)

Fotografía: Sidney Wagner

Música: George Bassman, Eric Zeisl

Crítica: Hoy en dia, el cine negro no es lo que era. El film en cuestión, es un claro ejemplo de todo lo que nos puede ofrecer un gran film de género.
Una pelicula muy trasgresora para su época (nada más hay que ver su sexualidad, crudeza o violencia), con un reparto en estado de gracia (esos grandes Garfield y Turner) y con una dirección simplemente asombrosa. Se nos presenta con muchos de los aspectos propios de algunos films noir (objeto-detalle, juicios, "falsos culpables", femme fatale, seguro s de vida, etc...).
 
La adaptación de la novela, a diferencia de por ejemplo 'Perdición' de Billy Wilder, tardó a llevarse a la pantalla más de una década, por culpa en parte de la dura censura. Como he dicho en anterioridad, el film es bastante atrevido,para la época, en algunos aspectos. Y parte de su éxito en taquilla se debió, a parte de por la indudable calidad cinematográfica de la obra, a su violencia y sobre todo a sexualidad (ver esos besos entre los 2 protagonistas, o los vestidos que lleva Lana Turner enseñanando el ombligo, no muy propios de un film aparentemente comercial).
 
El cartero siempre llama 2 veces, supone uno de las grandes aciertos dentro del cine negro americano. Un film sobre una diversidad de temas gigantesca: odio, venganza, amor, desamor, traición, relaciones imposibles, fatalidad, azar, culpa, destrucción, sexo, deseo, etc..
 
 

La película s lo que se podria llamar un claro reflejo de una relación imposible, ligada a un azar fatal ya sea por desavenencias o por trágicos sucesos o accidentes, pero pase lo que pase, nunca podrá funcionar (justamente, y salvando las enormes distancias, como en la vida real entre ambos protagonistas).

El guión está muy bien escrito y estructurado, con unos personajes bien construidos y definidos, en el film los mismos están muy bien presentados, ver ese excelente plano detalle del pintalabios que se aleja y sube hacia arriba enseñandonos desde las piernas hasta la cara de Cora , el personaje de Lana Turner, primera y espectacular aparición, y muy apropiada para entender el flechazo que John (Garfield) siente por ella.

John Garfield estaba a punto de abandonar los estudios Warner, es decir se le acababa el contrato, cuando decidió entrar a formar parte de este film, que producía la Metro. Un actor que muchos hoy en dia quizás no conozcan mucho, pero fue un gran artista, ya no solo actor en pantalla grande sino en teatro e hizo muchas peliculas con directores del calibre de Robert Rossen, Elia Kazan o Howard Hawks entre otros.
 
 

Como anécdota decir que iba a protagonizar Un tranvia llamado Deseo de Elia Kazan, al final fué substituido por un jovencisimo y por aquel entonces prometedor Marlon Brando.

Volviendo a la pelicula, las actuaciones del triplete protagonista son simplemente maravillosas, no solo de Lana Turner o John Garfield, sino también del personaje de Nick, el marido de Lana Turner, interpretado por Cecil Kellaway, que está fantástico. Los 3 consiguieron uno de sus mejores trabajos como actores en este film. La dirección de actores fué magnifica, claro está.
Otro detalle que me encanta y sigue jugando con las metáforas (el film es muy metafórico), es el cartel que hay puesto fuera que dice asi: "Se necesita hombre", con ese doble sentido: trabajo, amor. Ya que sin lugar a dudas, Cora aprecia a su marido pero no le ama. Y lo mejor es que nos preguntamos porque realmente está con él y no con otro hombre. Y eso es una de las cosas con las que juega el guión junto con los malentendidos y las especulaciones policiales.
 
 

Como he dicho antes, la dirección de Tay Garnett, un director bastante irregular todo haya que decirlo, está genial. Un director que le gustaban los travellings, que al film regala planos simplemente deslumbrantes, como el de la presentación de Cora (Lana Turner), o el del intento de asesinato de su marido, absolutamente contundente y terrorifico con ese grito y ese plano del rostro de Garfield sin saber que es lo que ha ocurrido (como el espectador). El director en muchas ocasiones, como es costumbre, se apoya en su director de fotografía (por cierto, sabia utilización de la luz en esta pelicula) para crear escenas y planos que van desde la luminosidad de una ciudad, hasta los interiores más oscuros y ocultos. Una atmosfera cuidadisima.


También es destacable la notable fotografía nocturna en la escena del accidente automovilisco o las escenas nocturnas en la bahía. 

 
 
Si hay algo inolvidable de la película, a parte del conjunto y de su mensaje, es ese final, tan tremendamente injusto pero justo a la vez. Es como si nos quisiera decir de que en esta vida todo se paga, y quizás se salves y salgas inpune de algo injustamente, pero de la justicia del azar no podrás escapar, y es posible que se pague por aquello injustamente esta vez. El personaje de Garfield descansa, sabiendo que morirá en la camara de gas, pero quiere soñar que se reencontrará con su verdadero amor, ya que en esta vida el azar y la fatalidad jamás les dejó ser felices.

Me rindo ante ante esta joya, que quizás muchas personas infravaloren un pelin. Casi una obra maestra.
 

'Le Samuraï ' - Jean-Pierre Melville (1967)

'Le Samuraï ' - Jean-Pierre Melville (1967)
Cuando hablas de cine francés, la gran mayoría sacan a la palestra directores como François Truffaut, Eric Rohmer, Robert Bresson, Claude Chabrol y otros, en su mayoría de la Nouvelle Vague, pero existen directores que han sido injustamente con el tiempo semiolvidados y claramente infravalorados por algunas voces críticas, a la memoria me vienen por ejemplo Henri-Georges Clouzot o Jean-Pierre Melville. Vamos a recordar a uno de los mejores Melville.

Ayer me dispusé a revisionar El silencio de un hombre (Le Samuraï) , joya del polar francés, dirigida y coescrita por Jean-Pierre Melville en 1967, y que con el tiempo se convirtió en una de las obras maestras del cine policíaco y en obra de culto.

Entre otras cualidades, El silencio de un hombre es un poema desgarrador del hombre solo. Es también, y ante todo, una película policiaca. Este samurai, Jeff Costello (Alain Delon), no es sino un asesino a sueldo del hampa parisina. Asesina cumpliendo órdenes, por contrato. Engañado por sus socios, tiene que defenderse en dos frentes: contra la policía y contra sus cómplices. Se organiza entonces una implacable caza, todos contra un solo hombre. El héroe irrisorio de este combate nocturno triunfará. En la muerte, claro está. Una muerte deseada, organizada, como una apoteosis.

El film se inicia con una cita del código de honor japonés Bushido, y es que en el fondo Jeff Costello vive como un samurai, solitario, sin amigos y con una novia con la que mantiene una relación inestable y extraña y con una tarea que cumplirá sea como sea.

Ante todo Costello es un hombre de palabra, el cual tiene que cumplir una misión: asesinar a una persona, pero aún teniendo coartada, sus socios irán a por él con tal de que no se vaya de la lengua tras los interrogatorios que mantiene con la polícia. Será una persecución a doble banda.

Estamos ante un film maestro formalmente, con multitud de lecturas, de una profundidad envidiable, con una realización de Melville absolutamente magistral dotado de una elegancia superlativa.

Melville nos muestra un film de género negro a la vieja usanza pero a la vez dotandolo de cierta modernidad, de dinamismo, del toque característico del maravilloso polar francés, y nos narra el camino de un samurai urbano hacia su propia muerte, que no entiende de códigos, excepto del suyo propio, en unas calles deshabitadas, en un entorno solitario, con femmes fatale, nightclubs y con un personaje principal que apenas habla, sin aparentes sentimientos, que vive para ello y que solo entiende su propia justicia y pensamiento.

Jean-Pierre Melville era un autentico fan de la cine noir norteamericano de los 30 y posteriores, films como La mujer del cuadro, Perdición, Hampa Dorada, Al rojo vivo, Laura, Los violentos años 20, etc…, han influenciado lógicamente en su obra, nada más hay que comprobar el nombre del personaje de Delon (Jeff Costello) un nombre imposible para un parisino natural de Francia.

A su vez, Melville entre otros realizadores, ha servido de profesor cinematográfico mediante sus obras a una generación de cineastas asiáticos destacables, como pueden ser Johnnie To, John Woo (en su etapa hongkonesa), Kim Jee-Woon, Park Chan-Wook o Wong Kar-Wai.

Alain Delon realiza una interpretación, en mi opinión, colosal, se come la pantalla, realmente nos creemos su creación, la de un hombre insaciable, implacable pero honorable. Un auntentico asesino pero con astucia y saber. Los demás actores y actrices están muy convincentes.

No cabe duda de que este Jeff Costello nos recuerda a ese Chacal interpretado por Edward Fox en el film Chacal de Fred Zinnemann, en muchos de los aspectos.

Y es que da absoluto gusto ver todas esas escensa de Delon en el coche bajo la lluvía, en el puente con el encuentro con el socio, la entrada en su casa tras el paso de la polícia, esas escenas en la casa de la pianista, etc…

El guión es buenisimo y la dirección maravillosa, llena de travellings, de planos secuencia, de picados y contrapicados, un sinfín de buenísimos planos orquestrados por Melville de manera indudablemente ejemplar, y con un final redondo.

También es fantástico el tratamiento interno del protagonista (Costello), el personaje del oficial de polícia, un tipo que es capaz de vender lo que sea para conseguir meter entre rejas a Costello, usando incluso trampas con su novia, y por último fabuloso también el personaje de la pianista, un personaje que realmente también anda en ese mundillo oscuro y peligroso y que en el fondo podemos pensar que se siente atraída por Costello.


Si hay algo que destaque en el film (entre otras muchísimas cosas) es ese excelente final, minimalista, con ese révolver sin balas, la femme fatale mirando el cuerpo de Costello. Magnífico final, me recordó a esos finales de Hitchcock que se acababan justo en el punto perfecto (por ejemplo véase Frenesí).

Recomendación: No os perdáis otra pelicula polar de Melville: El circulo rojo de nuevo con Alain Delon.

En definitiva, Le Samuraï (El silencio de un hombre) es una obra maestra del cine, una de las cumbres del polar francés y en mi humilde opinión una película de obligado visionado.